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Los cinco candidatos presidenciales protagonizaron este domingo por la noche el primer debate obligatorio previo a las elecciones generales del próximo 22 de octubre. Si bien los cinco se trenzaron en un debate que tuvo muchos cruces picantes, hubo dos que supieron ocupar el centro de la discusión: el ministro de Economía y candidato del oficialismo, Sergio Massa, y el favorito de la oposición, Javier Milei.

La centralidad de Massa y Milei obedece, por un lado, a la estrategia del gobierno de polarizar con el candidato más votado en las primarias del 13 de agosto, con el objetivo de desplazar a Patricia Bullrich y meterse en el balotaje de noviembre; por otro lado, es consecuencia del lugar que se ganó Milei tras su sonora victoria en el primer turno electoral de 2023.

 Javier Milei (La Libertad Avanza), Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda y los Trabajadores) debatieron durante algo más de dos horas en el Centro de Convenciones Forum de la ciudad de Santiago del Estero.

El formato ayudó y mucho. Los momentos de réplicas y contra réplicas le dieron dinamismo al debate. Lo mismo ocurrió en el tramo final, cuando los candidatos pudieron preguntar con libertad a sus adversarios sobre temas puntuales del debate. Fue una discusión por momentos muy tensa, pero siempre correcta y con una baja dosis de chicanas. Todos privilegiaron exponer sus propuestas antes que atacar a sus rivales.

Economía, el punto alto del debate presidencial
El primer eje temático, sobre economía, fue el momento central del debate y el que más cantidad de réplicas mereció. Si bien fue por momentos muy técnico, en ese tramo del intercambio quedaron expuestos con claridad los proyectos de cada espacio político.

 En ese primer tramo los candidatos opositores hicieron causa común contra Massa. Arrancó Bullrich al señalar que “si no es buen ministro, cómo puede ser buen presidente”. En líneas generales, cada postulante desde su propio discurso atacó alguna de las falencias del gobierno: la inflación, la excesiva concentración de recursos en el AMBA y el acuerdo con el FMI, entre otros puntos.

Era lógico que en ese primer eje del debate todos se pararan contra Massa, que ocupa el lugar del oficialismo en el tablero electoral y al mismo tiempo, por su condición de ministro, tiene la difícil tarea de defender una gestión que empeoró casi todos los indicadores económicos, principalmente la inflación y el precio de los alimentos.

 Los opositores –salvo Bregman– pusieron énfasis en el déficit fiscal y se trenzaron en una discusión por momentos desprolija en la que enumeraron ejemplos de países que dolarizaron su economía, cerraron sus bancos centrales o practican el bimonetarismo. Todos ejemplos negativos para tratar de marcarle un límite al programa extremista de Javier Milei.

 Ese tramo del debate –donde se sucedieron las réplicas y contra réplicas– tuvo como protagonistas centrales a Milei y a Massa. De hecho, los dos consumieron todas sus respuestas durante ese primer eje temático centrado en la economía. Fueron los que más hablaron. Milei porque es su caballito de batalla y Massa porque necesita ganar centralidad para llegar al balotaje y dejar tercera a Bullrich.

Como puntos salientes sobre economía, Massa dijo que con Milei la Argentina será un “paraíso fiscal” y prometió rediscutir el programa con el FMI si llega a ser presidente. Milei se centró en repetir que sabe “cómo exterminar la inflación”, pero no consiguió explicar a fondo su receta.

 Bregman señaló que todos los problemas del país fueron “porque le hicimos caso al FMI” y afirmó que las recetas de Milei ya se aplicaron en el pasado a través de Domingo Felipe Cavallo.

 Schiaretti, por su parte, exhibió un discurso federalista y puso mucho énfasis en su propia experiencia como gobernador de Córdoba. En línea con lo que sostiene Milei, Schiaretti señaló que “los dos últimos gobiernos destruyeron la economía nacional”, en alusión a Mauricio Macri y Alberto Fernández.

El lugar de la educación y los derechos humanos en el debate presidencial
En materia de educación, Massa propuso continuar y mejorar el programa de gobierno y prometió llevar el presupuesto de educación al 8% del total. Poco después, Myriam Bregman le hizo notar que, como ministro, no logró asegurar el 6% exigido por ley.

 Milei se centró en una serie de estadísticas negativas sobre el presente de la educación, cruzadas con los datos de pobreza. Y puso énfasis en el “capital humano”: una especie de súper ministerio donde estaría incluida, entre otras, el área de educación. No dar pescado, sino ensañar a pescar: ese fue el leitmotiv del candidato libertario. “Queremos individuos plenamente libres, no esclavos del Estado y de los políticos”, completó.

 Patricia Bullrich reiteró la necesidad de asegurar los 190 días de clases y repartió palos a diestra y siniestra contra los sindicatos docentes, uno de sus blancos favoritos. También matizó sus intervenciones con citas de Domingo Faustino Sarmiento.

 Luego, en el tramo sobre derechos humanos, el debate se puso más áspero. Primero Bullrich intentó aclarar algunos hechos oscuros ocurridos durante su paso como ministra de Seguridad del gobierno de Macri, pero nadie le llevó el apunte. Luego ensayó un discurso amigable con las fuerzas de seguridad, que tampoco mereció respuestas de sus adversarios salvo cuando Myriam Bregman le recordó la muerte de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel.

 Massa –en coincidencia con Bregman y Schiaretti– sostuvo que el respeto irrestricto de los derechos humanos debe ser una política de Estado. El candidato oficialista enlazó el juicio a las juntas durante el gobierno de Raúl Alfonsín con los juicios por memoria, verdad y justicia reiniciados bajo el kirchnerismo. Allí tampoco hubo respuestas.

El momento más tenso fue cuando llegó el turno de Javier Milei. El líder de La Libertad Avanza hizo gala de su negacionismo, sostuvo la teoría de los dos demonios y trató de desmentir el peor legado de la dictadura. “No fueron 30.000 los desaparecidos, fueron 8.753”.

 En ese tramo del debate, la única que le respondió a Milei fue Myriam Bregman: “Sí, fueron 30.000”, lo corrigió la candidata del Frente de Izquierda.

La propuesta de Sergio Massa en el debate presidencial: un gobierno de unidad nacional
Los debates rara vez suelen ser espacios donde los candidatos hagan propuestas nuevas. Por el contrario, por la cercanía con la fecha de las elecciones, se convierten en instancias para remarcar los ejes centrales de las campañas, machacar con slogans y, sobre todo, tratar de atacar a los candidatos rivales en una ocasión que no se presenta muy a menudo: el cara a cara.

 No obstante, en este primer debate presidencial 2023, el candidato oficialista Sergio Massa sorprendió con su propuesta de llamar a un “gobierno de unidad nacional” en caso de ganar las elecciones. Tiene sentido: arrancó tercero en la carrera post PASO y necesita mostrarse abierto y cercano a sectores que suelen ser refractarios al peronismo.

En su intento de instalar la idea de un “gobierno de unidad” como contracara de los proyectos sectoriales que representarían sus rivales, Massa lazó guiños a troche y moche: a los radicales, al PRO, a los peronistas desencantados, a los indecisos, a los “independientes” e incluso a los libertarios.

 Fue en ese momento cuando Milei lo chicaneó a Massa sin ambigüedades. “Usted convoca a un gobierno de unidad nacional, pero desde ya le digo: no cuente con los liberales”, lanzó el candidato de La Libertad Avanza.

 Con el paso de las horas, la espuma del debate irá bajando y los candidatos retomarán sus respectivas campañas. El domingo 8 de octubre se volverán a cruzar en el segundo debate presidencial obligatorio, esta vez en la Facultad de Derecho de la UBA. Dos semanas después, los argentinos y las argentinas darán su veredicto en las urnas.