Octubre, mes del adulto mayor

Petty nos cuenta que, si bien su marido tenía un buen trabajo, con 5 hijos era necesario que ella saliera a trabajar para tener un mejor ingreso “Fui enfermera durante 32 años, en el hospital, hasta que me jubilé” El recuerdo que tiene de su trabajo es imborrable, no sólo por las acciones sino por la gente que hoy, después de 20 años de jubilada, aún la recuerda y la saluda en la calle “Mis hijos se cuidaban entre ellos cuando eran chicos. Yo puedo decir que son de buena madera, me salieron todos muy buenos”

Con mucho cariño, recuerda las mesas largas de los domingos que, siempre estaban a cargo de su marido. Tras su fallecimiento ella dice que, de alguna manera esa costumbre se fue perdiendo pero, sus hijos y nietos, siempre buscan la forma de que, en cada evento, la pase mejor “Me llevan a otros lugares o nos reunimos en su casa o en la mía, con la única intención de hacerme sentir bien” En ese sentido, dice que sólo puede hablar bellezas de su familia.

Su rutina, se centra en su casa por sobre todas las cosas, ya que nunca fue muy de salir. Arranca las mañanas con el desayuno en la casa de uno de sus hijos y su nuera, sobre el mediodía cocina para otra de sus hijas que vive muy cerca y disfrutan juntas de ese momento, a media mañana siempre recibe alguna visita de alguna otra hija o nietos “Siempre hay alguien dando vueltas para acompañarme”

En lo personal, nos cuenta que tras tener dengue, comenzó a tejer con más frecuencia y hoy ya se dedica a tejer para ella y su familia. 

“Recién ahora me doy cuenta de la belleza que es la vida y lo que te trae aparejado. Pienso en personas que están solas y yo no. Yo estoy rodeada de todos y del amor de todos. Eso es impagable”